Relajándome..

Llegué al Jardín Oriental, tranquila. Busqué un cómodo lugar donde sentarme un rato, mientras observaba atenta el lugar.
Llegué a un banco, algo alejado de las demás personas que rondaban por allí. Cerré mis ojos, relajándome contra el respaldo del asiento.

Oí ruidos a mi alrededor, pero no abrí los ojos. Necesitaba despejar mi mente, dejarla en blanco.

Abrí mis ojos bruscamente, tratando de no enfocar con ellos a ninguna persona. Me concentré en una laguna pequeña, cercana a mi.

Noté el agua removerse suavemente, a pesar de que no había viento. Traté de no moverme. De pronto, el agua comenzó a evaporarse, lenta.
Sonreí, y al hacerlo, perdí mi concentración. El vapor se convirtió en pequeñas gotas que volvieron a caer en la laguna. Escondí mi rostro entre mis piernas, esperando que las personas del lugar no lo hubiesen notado.

Bufé, enfadada conmigo misma. Odiaba no poder controlarme.

Llega al lugar.
- No, no puede ser - susurra viendo a la chica sentada en aquel banco.

Levanté mi mirada bruscamente, sorprendida.

Arriesgandose se acerca a la chica con cuidado - Tu.. tu hiciste eso? - pregunta seria.

Abrí mis ojos ampliamente. -¿Yo.. yo hice qué? -pregunté, haciéndome la desentendida.

- Lo del agua - contesta - Fuiste vos? - Preguntá otra vez, decidida ya no le importaba delatarse.

-Una persona no puede hacer eso.. -mentí, no podía arriesgarme a descubrirme.

- Entonces, Por qué te pusiste así? - Dice, estaba tan segura de que habia sido ella.

-¿Tu crees que eso pudo haber sido hecho por una persona? -pregunté, observándola fijamente.

Asintió mirandola, esperando respuesta alguna.

Tomé aire. -Bien, sí fui yo -admití, en un susurro.

Sonrrio - Me alegra conocer a alguien - dice, recordando. - como yo.. - termina.

La miré, sorprendida nuevamente. -¿Tú eres.. mutante?

- Si.. - dice, dejando de sonrreir.

Sonreí. -Roose Pride -me presenté, amable.

- Diamond, Aymerick Diamond - Se presentó tambien, volviendo a sonrreir - Y vivis por aca Roose?

-Acabo de mudarme aquí, al Instituto del Profesor Omega, ¿tú? -pregunté, corriéndome en el banco para dejarle lugar.

Se sientá - Gracias - dice - ¿Al Instituto del Profesor Omega? Yo igual.

-¿Enserio? Qué casualidad! -reí- ¿Has llegado hace mucho?

- Hoy, hace un rato - dije, feliz. - Y vos?

-Hace una semana.. aún me estoy adaptando -contesté.