Respirando.

Se encontraba enormemente enojada con ellas. Demasiado.

Llego al jardin en busca de la justa venganza.

Sus alas negras reaparecieron con el mismo brillo que cuando Scott, las odio un poco mas.

Las hizo batirse con fuerza, se empezó a elevar. Hacia arriba a las nubes. Ya nada importaba.

Volaba alto, entre nubes grises, tormentosas, era un placer hacerlo.

Se empezaba a cansar, pero no importaba, su venganza empezaba, junto con el pitido insesante en sus oidos.

Se deja hacer, jugando entre el monton de nubes, cada vez mas cansada, esta demasiado alto... el oxigeno empieza a faltar.

La sensacion de irrealidad comienza a hacerse presente en ella, siente que el cuerpo se separa, dejando solo nada.

Sus alas van desapareciendo, dejandola caer en silencio, muda.

Nunca llega a desplomarse, es su propio poder el que la envuelve en si misma, dejandola simplemente tendida sobre la fresca hierba.

Respira, con suavidad, tendida donde esta. Despierta despues de un buen rato. La cabeza aun le zumba.

Se sentó en el pasto, como indio, mirando hacia el cielo, a la misma nada.

Se sentia enormemente agitada, pero mejor.

Vuelve al mismo sitio apartado de la vez anterior, luego de las palabras de Koda, se sienta bajo el árbol de siempre.

Tiene razon, eres una cria, las palabras no hacen nada en comparación a lo que pueden hacer las acciones. Tienes razon, eres un fracaso.

Apoya su frente contra sus rodillas, llorando en silencio, desprotegida. Acariciando la pulsera de su madre.

Llega hacia ella, la observa en silencio.

Se abraza las costillas, con fuerza, sintiendo que se rompe.

Se agacha junto a ella, levanta su mentón, haciendo que lo mire.

Lo mira con ojos vidriosos.

Se seca las lagrimas rapidamente.

Aparta sus manos, secandole el mismo las lagrimas.

El albio inferior le tiembla levemente, se acerca rapido, abrazandose a su cuello, intentando quedarse tranquila.

La abraza con ternura, se sienta en el suelo, sentandola en su regazo.

- No debes hacer caso a lo que un idiota te dija... - acaricia su cabello.

Abrazada a él, llora con fuerza, hundida en su cuello.

La mece, dejando que se desahoge.

Respira, agitada, quiere dejar de llorar, pero no puede, lo abraza con fuerza.

Aparta el cabello de su rostro, con cuidado, le seca algunas lagrimas.

Cierra los ojos, apoyandose en su pecho. Busca calmar su respiración.