Respirando.

La acaricia, pensando en el idiota ese, se la pagaría.

- Olvidalo, Scott..- le pide casi repuesta.

- Lo siento... - se disculpa, ante sus pensamientos.

Reacciona al fin, intenta escabullirse de sus brazos, sonrojada.

- Lo siento Scott, que me vieras asi.. yo no..- balbucea.

- No tienes porque disculparte... - le sonrie.

Se siente una cria, Koda tiene razón. Se queda quieta, apoya su rostro en su hombro. Sigue mortificandose mentalmente-

- Sabes.? - juega con su cabello entrre sus manos - tus alas, son hermosas...

- Ya no soy una niña, para que me esten mintiendo..- murmura, sonrojada, acurrucada en su pecho.

- Porque tendria que mentirte? - pregunta, mirandola.

Se mantiene contra él, sin mirarlo.

- Por que las veo, y se que son horribles... ni siquiera son blancas, como las normales...- murmura.

Fenomeno, eso eres, un maldito y fracasado fenomeno. Se maldice.

- Para mi son perfectas... - sincero, acaricando su espalda.

Se apoya definitivamente en su pecho, abrazandose a él, tiembla al sentir su mano en su espalda.

La abraza con fuerza, manteniendola alli, se saca la campera al verla temblar, la tapa con ella.

Se acurruca en él, apoya su mejilla en su pecho, puede oir su corazon.

Besa su pelo, se acomoda contra un arbol.

El puente de su nariz, queda contra la parte baja del cuello de Scott. Se queda quieta.

Suspira, al darse cuenta de lo cerca que la tiene.

Se siente mucho mejor, aunque las palabras de Koda aun resuenan en su mente.

- Mejor? - pregunta.

Asiente, mitad verdad, mitad mentira.

- Me alegro... - la mira, sonrie para si.

Suspira, abrazada a su cintura.

- Como llevas el castigo? - pregunta, para hacerla olvidar.

- Por culpa del bendito castigo fui al jardin y me crucecon Koda..- refunfuña- hasta ahi, bastante bien, tu?- se acomoda.

- Fatal... no encuentro lugar donde no me aburra, hasta ahora - le sonrie.